Alvaro Delgado
Proceso
3 de enero del 2009
En el arranque de 2010 y con el país hecho un desastre originado en la ineptitud manifiesta de los panistas para dirigirlo, el partido del presidente Calderón, con su amigo César Nava al frente, se enfrenta a la seria posibilidad de ratificar sus derrotas en los estados donde el PRI arrasó con las diputaciones federales en las elecciones de julio pasado. Con base en esos resultados y datos de encuestas públicas, las expectativas de triunfo del PAN pueden quedar limitadas a Tlaxcala y, si acaso, Aguascalientes.
Después de padecer en 2009 la peor debacle electoral de su historia de siete décadas, que ratificó la tendencia a la baja iniciada tras los impugnados comicios presidenciales de tres años antes, y en un contexto de crisis económica, alza de impuestos y violencia incontrolada, el Partido Acción Nacional (PAN) afronta un panorama aciago para el mítico 2010.
Proceso
3 de enero del 2009
En el arranque de 2010 y con el país hecho un desastre originado en la ineptitud manifiesta de los panistas para dirigirlo, el partido del presidente Calderón, con su amigo César Nava al frente, se enfrenta a la seria posibilidad de ratificar sus derrotas en los estados donde el PRI arrasó con las diputaciones federales en las elecciones de julio pasado. Con base en esos resultados y datos de encuestas públicas, las expectativas de triunfo del PAN pueden quedar limitadas a Tlaxcala y, si acaso, Aguascalientes.
Después de padecer en 2009 la peor debacle electoral de su historia de siete décadas, que ratificó la tendencia a la baja iniciada tras los impugnados comicios presidenciales de tres años antes, y en un contexto de crisis económica, alza de impuestos y violencia incontrolada, el Partido Acción Nacional (PAN) afronta un panorama aciago para el mítico 2010.
Pese a los ajustes que el Comité Ejecutivo Nacional del PAN ha hecho en la estrategia electoral, como la creación de una Secretaría General Adjunta de Elecciones y el envío de delegados especiales a los 12 estados donde se elegirá gobernador, los datos numéricos y las políticas del gobierno de Felipe Calderón perfilan un nuevo rosario de derrotas.
Por ejemplo, de los 12 estados donde se elegirá gobernador a lo largo del año, en nueve el PAN no ganó una sola diputación de mayoría en las elecciones federales de julio de 2009, en dos –Veracruz y Puebla– el predominio priista es casi total y en uno –Hidalgo– retrocedió hasta el cuarto lugar, detrás inclusive del Partido Nueva Alianza (Panal), de Elba Esther Gordillo, que cogobierna con Calderón.
Este es un adelanto del reportaje que se publica en la edición 1731 de la revista Proceso, ya en circulación
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