Por Anabel Hernández
Reporte Indigo edición última hora (U6).
30 de marzo del 2009 (17:57 pm)
En una investigación exclusiva publicada el viernes pasado en su edición 124, Reporte Indigo reveló, con pruebas fotográficas y documentales, las diversas propiedades del funcionario responsable del combate al crimen organizado en el país. En particular, sus dos residencias en el lujoso fraccionamiento Jardines en la Montaña, ubicado en la Delegación Tlalpan, al sur de la Ciudad de México. Una localizada en la calle Montaña de Omoa número 17, donde vive desde febrero de 2007 y cuyo valor de compra fue de 7 millones de pesos. Y una residencia que construye desde diciembre pasado, en plena crisis económica, en la calle Monte Funiar número 21, cuyo valor asciende a por lo menos 20 millones de pesos.
Además es dueño de otros inmuebles de menor valor en la Colonia Paseos del Sur, en la calle Paseo de los Cedros, de donde se mudó hace tres años, pero siguen siendo de su propiedad.
El viernes por la mañana, la oficina de García Luna era una caldera. El titular de la SSP comenzó a regañar a todo el equipo que lo ayudó a tramitar la licencia de construcción de su nueva vivienda y a quienes tramitaron el registro de la propiedad para el pago del impuesto predial, que quedó a su nombre.
Apenas el jueves había sido felicitado por el secretario de Gobernación Fernando Gómez Mont y por la propia Presidencia de la República por su evento con la secretaria de Estado de Estados Unidos, Hillary Clinton. Lo menos que deseaba era que se hiciera del conocimiento público sus inexplicables bienes inmuebles.
El mismo viernes 27, desde las nueve de la mañana, García Luna ordenó a elementos de la PFP montar guardia en sus propiedades para evitar la presencia de la prensa. Los movilizó a Jardines en la Montaña y Paseos del Sur. De las nueve de la mañana a nueve de la noche, cuatro elementos de la PFP montaron guardia en la residencia en construcción en Monte Funiar. Se quedaron vigilando a bordo de un vehículo Malibú, color champaña, con placas número 187WHD.
En vez de aclarar el origen de su fortuna, el secretario de Seguridad Pública optó por enviar un mensaje de intimidación a todo aquel que se atreviera a investigar sus bienes. Cinco elementos de la Policía Federal Preventiva, tres uniformados y dos vestidos de civil, detuvieron el viernes por la mañana a dos periodistas de la empresa TVC, Rosendo Alejandro Flores Hernández y Juan
Lorenzo Jaime de la Torre. También al taxista que los transportaba, José Alberto Luna Sánchez.
Los periodistas querían grabar imágenes de las propiedades del funcionario para difundirlas en sus noticieros. Pese a que ambos se identificaron inmediatamente como periodistas, fueron aprehendidos y subidos a una patrulla. Mientras eso ocurría, la propia Secretaría de Seguridad Pública filtraba a algunos medios de comunicación que se acababa de frustrar un atentado contra la esposa y la hija del secretario. Se dijo que esto era consecuencia de haber dado a conocer la dirección de García Luna y que los culpables ya estaban a disposición de las autoridades.
Por unas horas, García Luna pasó de ser un servidor público cuyo nivel de vida no corresponde a sus ingresos, a una “víctima” de la delincuencia organizada. Desde la SSP se pretendió generar una cortina de humo sobre la información revelada por Reporte Indigo y distraer la atención de la opinión pública del punto medular de la investigación: ¿de dónde sacó Genaro García Luna los recursos para adquirir esos bienes?
Hasta la fecha, sigue sin dar una explicación puntual. Ésta es la historia de un acto de intimidación de Estado.
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