Uno de los altos exfuncionarios policíacos recientemente detenidos por sus presuntos vínculos con el narcotráfico, Javier Herrera Valles, había acusado en varios frentes –incluyendo la Presidencia de la República– al titular de la SSP, Genaro García Luna, de “simular una batalla” contra el narcotráfico mientras servía al cártel de Sinaloa. Ahora, un personaje que trabajaba para El Chapo Guzmán asegura, en calidad de testigo, que Herrera efectivamente aceptó narcosobornos, pero también lo hicieron el propio García Luna y su subsecretario Facundo Rosas
En medio de los escándalos provocados por la llamada “Operación Limpieza”, Genaro García Luna, secretario de Seguridad Pública del gobierno federal, aparece de pronto cercado y con pocas salidas a su alcance.
Ricardo Ravelo / PROCESO
MÉXICO, D.F., 22 DE NOVIEMBRE.- En medio de los escándalos provocados por la llamada “Operación Limpieza”, Genaro García Luna, secretario de Seguridad Pública del gobierno federal, aparece de pronto cercado y con pocas salidas a su alcance.
Para su desgracia, los testigos protegidos suelen disparar para todos lados, inclusive en contra de las autoridades que los utilizan para apoyar incriminaciones.
Javier Herrera Valles, excoordinador de Seguridad Regional de la Policía Federal Preventiva (PFP) – que hace meses denunció que García Luna fue el artífice de un modelo policiaco diseñado para “simular una batalla” contra el narcotráfico mientras en realidad servía al cártel de Sinaloa—, fue detenido y arraigado espectacularmente la semana pasada, a partir de las declaraciones de un testigo que lo inculpó de recibir sobornos del narcotráfico. Pero el propio testigo incrimina también a García Luna y al subsecretario de Estrategia e Inteligencia Policial de la SSP, Facundo Rosas. Ambos recibieron, según su testimonio, costosos regalos del cártel de Sinaloa.
Ese testigo, Víctor Hugo Martínez Rocha, operador de Marco Antonio Tanil, El Patrón –quien a su vez trabaja para El Chapo Guzmán– fue detenido el 6 de octubre pasado. Arraigado por la SIEDO, ha rendido varios testimonios –averiguación previa PGR/SIEDO/UEIDCS/348/2008–, y en algunos de ellos dijo que él fungió como intermediario entre El Patrón y los funcionarios para entregar a García Luna y Facundo Rosas regalos como yates y casas.
Además, en el expediente citado aparecen fotocopiadas unas 30 credenciales que Martínez Rocha portaba en el momento de ser aprehendido; una de ellas lo acredita como agente del área de Inteligencia Policial de la PFP, mientras que las otras 29, de acuerdo con las investigaciones, serían vendidas para acreditar como policías a socios y empleados del cártel de Sinaloa.
Todas las credenciales aparecen firmadas por Facundo Rosas.
Por su parte, familiares de Javier Herrera Valles señalaron que éste fue objeto de persecuciones, intervenciones telefónicas y frecuentes hostigamientos después de que denunció, en dos amplias cartas enviadas al presidente Felipe Calderón –una el 15 de febrero y otra el 8 de mayo de este año–, apoyadas con documentos oficiales, la ineficiencia y corrupción que priva dentro de la SPP: tráfico de plazas, ascensos rápidos gracias a complicidades, improvisación de los operativos contra el narco y una fallida política criminal de García Luna que, según las misivas, son las causas del fracaso del gobierno calderonista en su lucha contra el crimen organizado.
Con un legajo de documentos celosamente guardados en su portafolio, Herrera Valles se dedicó a poner en evidencia al titular de la SPP lo mismo en la radio que en la televisión y la prensa escrita. García Luna “está engañando al presidente”, decía con frecuencia en entrevistas que nunca fueron desmentidas ni recibieron réplicas. Lo más grave para él era que el presidente de México no le respondiera y, peor aún, que mostrara indiferencia ante toda la información documentada que le aportaba y hacía pública.
Y, en efecto, la respuesta no llegó de Los Pinos, como Herrera Valles esperaba, sino de la SSP.
La oferta
David y Eduardo Herrera, hermano e hijo, respectivamente, del exfuncionario arraigado, narran al reportero que poco antes del 31 de octubre último Javier Herrera Valles recibió un ofrecimiento de parte de la Secretaría de Seguridad Pública. El objetivo: llegar a un arreglo.
–Queremos negociar contigo, te va a ir bien –le dijo una de las personas reunidas con él.
El operador de la negociación, según explican los familiares de Javier, fue Víctor Gerardo Garay Cadena, entonces comisionado interino de la Policía Federal Preventiva (PFP), quien precisamente a fines de octubre pasado fue arraigado por la Subprocuraduría de Investigación Especializada en Delincuencia Organizada (SIEDO) por sus presuntas relaciones con el narcotráfico.
–¿En qué consistía la negociación? –se le pregunta a David Herrera, hermano del personaje arraigado en la SIEDO con una costilla fracturada tras la golpiza que le propinaron en su detención.
–La operación la realizó la SSP a través de un despacho jurídico externo, como siempre lo hacen, para no meterse en problemas, que trabaja para la PFP. Querían reinstalarlo, pagarle sus salarios caídos y después jubilarlo. Todo, a cambio de que se callara. Y se lo expresaron con esta frase: “que haya respeto mutuo”. Y alguien también le dijo: “¡piénsalo!”, pero mi hermano rechazó la oferta.
Paralelamente, al parecer, en las altas esferas de la SSP se urdía un plan alterno: acusar a Herrera Valles por narcotráfico.
El 18 de octubre, mediante el oficio PGR/SIEDF/N824/08, fechado 12 días antes, elementos de la Agencia Federal de Investigación (AFI) cumplieron una orden: localizar y presentar ante la PGR a Víctor Hugo Martínez Rocha, señalado como representante de Marco Tanil Martínez Méndez, El Patrón, uno de los principales operadores del cártel de Sinaloa, particularmente de Joaquín El Chapo Guzmán, en el estado de Jalisco.
Efectuada la aprehensión, Martínez Rocha fue llevado por los afis a la Subprocuraduría de Investigación Especializada en Delincuencia Organizada y, a las 14:20 horas, lo presentaron ante la agente del Ministerio Público Federal Betzabé María Bello Alba. En ese lugar ya se encontraban Luis Cárdenas Palominos, coordinador de Inteligencia de la SSP; Jesús Ortiz Jiménez, director de Delitos Federales, y presuntamente el subprocurador Felipe Muñoz.
Al enterarse de quién era el detenido, se encendieron las alarmas en la SSP. Cárdenas Palominos, brazo derecho de García Luna, le ordenó a Cosme San Román, director general de Investigación Policial de la AFI, que llevaran de inmediato a Martínez Rocha a las instalaciones de la PFP.
La orden de Cárdenas no era casual. Además de dedicarse al tráfico de drogas y a sobornar a funcionarios, desde 1996 el detenido era “madrina” de la policía y, al ser aprehendido, les dijo a los afis que no lo remitieran a la PFP porque él trabajaba para altos funcionarios de la SSP, aunque en ese momento no mencionó los nombres.
El objetivo de Cárdenas Palominos se cumplió. Víctor Hugo Martínez Rocha fue presentado ante la SIEDO por la PFP y no por la AFI. Mediante presiones y ejerciendo todas sus influencias, Cárdenas Palominos logró anular el parte informativo de la AFI, pero los integrantes de ésta no se cruzaron de brazos y rindieron su informe, en el que dicen haber actuado al amparo del oficio de comisión AFI/AGIP/DIDF/0868/08).
El parte informativo anulado, cuya copia tiene Proceso, señala:
El día de la fecha se dio por cumplida la localización y presentación del C. Víctor Hugo Martínez Rocha (…) Dicha localización se llevó a cabo aproximadamente a las 12:50 horas frente a la iglesia “La Conchita”, que se encuentra sobre la calle Amanecer Ranchero con la esquina de la calle Texanita, en la colonia Benito Juárez, en Nezahualcóyotl, Estado de México…
Sin embargo, el documento no aparece en el expediente y, en cambio, sí se anexó el que fue elaborado con posterioridad por la PFP (PGR/SIEDO/N/824/08), el cual, según los familiares de Herrera Valles, no incluye detalles, como el lugar de la detención. También se cambió –cuando ya estaba detenido el presunto narcotraficante– la orden de presentación.
Lo que Cárdenas Palominos no ha podido impedir, al menos hasta ahora, es que Martínez Rocha siga abriendo la boca, pues de acuerdo con Raquenel Villanueva, abogada de Herrera Valles, y según datos contenidos en la averiguación previa PGR/SIEDO/UEIDCS/348/2008, el operador de El Patrón dijo a los afis que trabajaba directamente para Facundo Rosas, Luis Cárdenas Palominos y Genero García Luna.
Martínez Rocha rindió su declaración ministerial el 18 y el 23 de octubre último, y sus incriminaciones sirvieron de soporte a la SIEDO para girar la orden de localización y presentación de Herrera Valles, quien fue detenido el lunes 17 de noviembre cuando se dirigía a una entrevista a las instalaciones de Televisa, en Chapultepec.
Las revelaciones
En el testimonio, rendido ante la SIEDO por Martínez Rocha y a cuyas partes medulares tuvo acceso este semanario, Martínez Rocha implica a los funcionarios mencionados y a Herrera Valles, aunque la abogada de éste, Raquenel Villanueva, sostiene que parte del testimonio de Martínez Rocha, sobre todo donde incrimina a su cliente, “fue fabricado en la SSP”.
Martínez Rocha señala en su declaración que proporcionaba fuertes sumas de dinero a Herrera Valles que provenían de Marco Tanil Martínez, El Patrón; que vio en junio pasado, en el estado de Guerrero, a Joaquín Guzmán Loera, El Chapo; a Édgar Valdez Villarreal, La Barbie, y a Javier Herrera Valles, juntos. (En uno de sus alegatos, Herrera Valles niega estas imputaciones y observa que fue cesado de la SSP el 19 de abril pasado).
Dice que una de sus funciones era trabajar directamente para Facundo Rosas y García Luna, que operaba el trasiego de drogas (cocaína) y que para proteger los cargamentos hacía enlaces entre El Patrón –su jefe directo–, García Luna y Facundo Rosas.
En diciembre de 2007, a petición de El Patrón, le presentó al comisionado Herrera Valles y éste le dijo que iban a formar la Unidad Especializada en Secuestros. Para sostener estas pláticas, Martínez Rocha citaba a Herrera, según su testimonio, en los hoteles Walter y Aristos de Acapulco, Guerrero.
Agrega que tiene un hermano de nombre Mario, quien fue integrante de la desaparecida Policía Judicial Federal, y que él comenzó a trabajar como ayudante (madrina) de esa corporación desde 1996.
No es todo. Refiere que, sin recordar la fecha, en un Vip’s Marco Tanil le presentó a Édgar Valdez Villarreal, La Barbie; que en ese mismo lugar estaba Javier Herrera Valles y que El Patrón le presentó (al de la voz) a Joaquín El Chapo Guzmán.
Luego, continúa, acordaron varias operaciones para transportar cocaína, y en septiembre de 2008, en Acapulco, se reunieron altos mandos de los cárteles del Golfo, Pacífico y Gente Nueva (de Michoacán), y que en esos encuentros también participaron representantes de Los Zetas.
El testigo Martínez Rocha asegura que poco tiempo después arribaron al sitio El Chapo, El Patrón y Herrera Valles. Relata que en junio de este año se volvió a ver con La Barbie y El Chapo en Acapulco, pues el 20 de octubre último iban a recibir 50 toneladas de cocaína en tres domicilios de Acapulco, los cuales fueron cateados.
Los regalos
La parte más comprometedora del relato de Martínez Rocha es la que se refiere a los regalos que presuntamente le han hecho miembros del cártel de Sinaloa a García Luna y a Facundo Rosas.
Indica que, por encargo de sus jefes, le compró dos yates al titular de la SSP –Splendor y Dreams–, los cuales se hallan atracados en el Club de Yates de Acapulco. Y que estas embarcaciones se hallan junto a otro de nombre Argos, propiedad, según Martínez Rocha, de Édgar Valdez Villarreal, La Barbie, quien ha sido operador de los cárteles del Golfo y de los hermanos Beltrán Leyva, grupos que rompieron relaciones comerciales desde enero de este año.
Pero el de Martínez Rocha no es el testimonio de cargo contra Herrera Valles.
Al respecto también declaró Ricardo López Ortiz y/o Fernando Sandoval Martínez, El Richard o El Pitufo, conocido sicario de Los Zetas, quien manifestó que, a través de un comandante de nombre “Olaf”, le proporcionaban fuertes sumas de dinero a Herrera Valles para permitir las operaciones del cártel del Golfo.
El Pitufo fue detenido el 30 de octubre último en Tabasco, y el 13 de noviembre rindió su testimonio en contra de Javier Herrera Valles.
Un hermano de Javier, Arturo Herrera Valles, también fue detenido en septiembre último (está arraigado) en Tabasco, donde se desempeñaba como comandante de región, por presuntos nexos con el cártel del Golfo.
El viernes 21, la SIEDO le notificó a Javier Herrera Valles el arraigo por 40 días para ser investigado por sus presuntos nexos con el narcotráfico. Antes de dicha notificación, su defensora Raquenel Villanueva presentó radiografías donde muestra que su cliente tiene una costilla rota como consecuencia de los golpes que recibió el día de su detención.
Pero antes y después de su aprehensión, Herrera Valles denunció fuertes hostigamientos por parte de García Luna: el cese de sus funciones en la SSP, persecuciones, la suspensión de su salario, llamados a la policía capitalina argumentando que él golpeaba a su esposa aunque, dice, eso nunca lo ha hecho; cambios repentinos de adscripción de sus hermanos, quienes también son policías de carrera.
El pasado jueves 20, por ejemplo, tan pronto retornó de vacaciones, a Alfonso Herrera Valles le indicaron en la SSP que de Sonora debía irse a Arriaga, Chiapas.
A su vez, Arturo Herrera Valles fue aprehendido, según se sabe ahora, con datos endebles que sirvieron a la PGR para solicitar su arraigo.
Con base en una carta fechada el 6 de mayo de este año, hallada en una celda de nuevo ingreso donde está recluido un narcotraficante conocido como El Pulpo –sentenciado a más de 20 años de prisión–, y a partir del número de su radio Nextel hallado en el celular de otro presunto narco, conocido como José Luis Ceferino Méndez, La Chaquira, Arturo fue detenido y arraigado.
Escrita a mano y puesta a disposición de las autoridades el 21 de agosto, la carta firmada por Miguel 40 y dirigida a El Pulpo dice:
Te encargo le hagan llegar mi agradecimiento a Herrera Valles (Arturo) de la PFP por los jales que ha metido últimamente, ya que estos cabrones se estaban pasando de (…) y ya saben que no tolero la indisciplina y por eso nos dan en la madre (…) Dile por favor al Arturo (H) que le encargo del Chaquira, ese cabrón se está pasando de pendejo (…) Dile a Arturo que le voy a mandar algo para que se aliviane…
Pero Ceferino Méndez declaró (averiguación previa SIEDO/UEIDCS)/293/08): “Al momento de su detención me quitaron mi teléfono celular marca Noquea, con número que no recuerdo, así como un Nextel color negro marca Motorola”.
De acuerdo con una revisión del Nextel de Méndez, la Procuraduría de Tabasco detectó que de 141 llamadas detectadas en el aparato, sólo una corresponde al radio de Arturo Herrera Valles, sin especificar si es de entrada o de salida.
Por su parte, Arturo Herrera, quien ya acompaña a su hermano Javier en la casa de arraigo de la PGR, declaró dentro de la misma averiguación que nunca proporcionó el número de su teléfono celular al Chaquira ni su clave de radio.
Luego, el agente del Ministerio Público lo interrogó respecto al personaje conocido como El Pulpo. –Que diga el testigo si conoce a alguna persona apodada El Pulpo. –No.
Envueltos, pues, en una guerra, los hermanos Herrera Valles, a través de su defensora, Raquenel Villanueva, dicen que no sólo demostrarán su inocencia, sino que también dejarán en claro que García Luna representa los intereses del cártel de Sinaloa desde la Secretaría de Seguridad Pública.